No es necesario soñar con castillos, incluso una casa de verano puede hacer realidad los sueños de un nido familiar.
"Un gran espacio luminoso con techos altos y un maravilloso ambiente hogareño: la decisión se tomó al instante". - recuerda Helle Högsbro, un diseñador de Dinamarca.
Sus amigos hicieron una casa de verano en la costa norte de Copenhague, Helle y su esposo Jonas Kragu. Antes de esto, una pareja con un hijo de dos años pasó los meses de verano con amigos y familiares, soñando con su propio pequeño paraíso en la naturaleza, lejos del bullicio de la ciudad.
Jonas es músico y productor, Helle posee una tienda en Copenhague y vende ropa para niños, telas, juguetes y accesorios. En el primer año, prácticamente no cambiaron nada en la casa. El ambiente era modesto, pero muy cómodo. Sin embargo, en invierno, los ratones trabajaban en casa: roían almohadas, cortinas, alfombras. Es hora de hacer reparaciones. El techo, la fachada, el baño necesitaban una reforma. En el interior, se suponía que todo debía mantener la comodidad del hogar, ¡pero adquirir tu propio estilo! Quería que los niños pudieran jugar en el sofá incluso con las manos manchadas de mermelada.
Los elegantes artículos de los mercados de pulgas dan forma al diseño interior: un mantel lila por cinco euros, antiguas farmacias y lámparas del bistró francés decoraron el baño, la cortina de la ducha se convirtió en persianas en la sala de estar. Jonas también busca paisajes y retratos familiares; para él, esta es la mejor decoración de pared.Jonas tapizó el sofá y la tumbona, que la familia bautizó con cariño en el "rincón de la abuela", con telas de París, y luego lo complementó con almohadas bordadas y piel de oveja teñida.
Pero, sobre todo, a la familia le encanta pasar tiempo en la veranda con clematis lila, sentada en una mecedora azul o en un canapés francés.
"Desayunar, almorzar y cenar juntos al aire libre, descalzos, a la sombra de la clemátide, ¡aquí está, felicidad!" - concluye Helle Hogsbro.
FOTO: NATALI KRAG / TAVERNE AGENCY.
Material preparado por Elena Karpova